Todo sobre los pies de una bailarina de ballet
Los pies de una bailarina de ballet son la clave de su éxito, ya que son los grandes protagonistas de cualquier coreografía. Por eso es muy importante entender su estructura y cuidarlos a diario.
La importancia de los pies en el ballet
El ballet es una disciplina que requiere una gran flexibilidad y fuerza, especialmente en los pies. El baile en puntas es la técnica más representativa de este estilo de baile, y aunque estéticamente ofrece una gran belleza, supone una fuerte carga de estrés en todas las estructuras. Por eso las bailarinas deben ejercitar y trabajar progresivamente sus pies para evitar dolor o lesiones.
El pie humano está compuesto por 19 músculos, 32 articulaciones, 26 huesos y más de cien ligamentos. Los pies, no solo nos permiten trasladarnos de un sitio a otro, sino que son los cimientos del resto del cuerpo. Desempeñan un papel fundamental en la postura corporal y, por lo tanto, en la salud de nuestras piernas y columna vertebral, también en las personas que no bailan. Esto quiere decir que en bailarines la salud de los pies cobra mayor importancia, ya que pueden relacionarse con lesiones en otras partes del cuerpo.
Conocer los tipos de pies en el ballet clásico es muy importante para los bailarines (especialmente las bailarinas), porque esto les permite comprender sus ventajas y limitaciones físicas individuales. Al conocer la anatomía y forma de su propio pie, las bailarinas pueden adaptar su entrenamiento para fortalecer y mejorar las áreas que necesitan más atención. No es lo mismo un pie con un arco alto que un arco bajo. O un pie tipo egipcio o tipo Giselle. Cada tipo de pie necesita un calzado con punta diferente y unos ejercicios adaptados.
Principales lesiones en los pies de una bailarina
Al bailar en puntas el trabajo no lo hacen las zapatillas, sino que lo hace el pie. Por eso es fundamental desarrollar todas las partes del pie, los músculos, las articulaciones y los ligamentos, para lograr posiciones y movimientos correctos y prevenir lesiones o dolores crónicos.
Los pies de las bailarinas de ballet clásico, ya sean profesionales o aficionadas, están expuestos a una serie de dolencias y lesiones comunes. Las más frecuentes son los esguinces de repetición, dolor en la planta, tendinitis, sobrecargas musculares, juanetes, bursitis, uñas encarnadas, deformaciones, rozaduras, ampollas, callos o desgaste articular entre otras. Lo recomendable es acudir periódicamente a profesionales del pie, como podólogos o fisioterapeutas para realizar una supervisión de la salud del pie.
Además, en casa se deben aplicar algunos cuidados básicos para desinflamar los pies y estimular la circulación, como baños en agua con sal o masajes suaves. También es importante exfoliar e hidratar la piel a diario para evitar durezas y callosidades. Es buena idea realizar algunos ejercicios para liberar la tensión después de una clase de danza, como hacer rotaciones de tobillo, flexionar los dedos, poner los pies en alto, y caminar descalza siempre que se pueda.
Los pies de una bailarina sufren mucho, pero con buenos cuidados, un entrenamiento progresivo, un calzado de calidad y supervisión profesional, se pueden evitar daños. Si te estás planteando apuntarte a clases de ballet, no te lo pienses más. No importa tu edad ni tu nivel, el ballet es para todos. Ponte en contacto con nosotros y te contaremos más.