Contact-Improvisation, un método de improvisación por contacto
En los años 70 en Nueva York empieza a gestarse de la mano de Steve Paxton el Contact-Improvisation, un método de improvisación por contacto.
Hoy en día es una de las técnicas más utilizadas en la danza contemporánea. Vamos a adentrarnos en sus orígenes, sus principios básicos y su desarrollo actual.
En 1962 en Nueva York, en una iglesia desacralizada se dan cita un grupo de artistas provenientes de la danza con el fin de romper con toda tradición e investigar nuevos lenguajes del movimiento. Caben destacar los nombres de Yvonne Rainer, Trisha Brown y Steve Paxton. Se alejan del academicismo de la danza moderna y de las nuevas técnicas que habían surgido, Graham, Limón, Cunningham, etc. Exploran a partir de gestos y acciones cotidianas como correr o caminar y empiezan a cambiar el panorama de la danza estadounidense. Nace la danza postmoderna.
Tras varios años de convivencia artística en este espacio, la Judson Church Memorial; sus investigaciones en torno a la danza irán tomando caminos diferentes. Steve Paxton se centra en la improvisación y acaba desarrollando un sistema propio, el Contact-Improvisation.
Mientras era profesor de la universidad privada de artes liberales en Ohio, la Oberlin College; Paxton organiza una performance con algunos de sus alumnos, entre ellos Nancy Stark. Estamos hablando del año 1972, la pieza se llama “Magnesium” y se considera este momento como el nacimiento del Contact-Improvisation.
Estamos hablando de un método o un sistema de improvisación. Se basa en el contacto entre dos o más cuerpos y en principios como rodar y peso y contrapeso. Contiene elementos de la danza, la acrobacia y las artes marciales.
En los talleres sobre esta técnica, se suelen hacer primero ejercicios para preparar el cuerpo, de una manera física y sensorial. Abrir la escucha a los demás, al espacio y a tu propio cuerpo. A través del Contact aprendes a establecer una comunicación energética, corporal y sensorial entre cuerpos, sin usar palabras. También se experimenta con la ideas de rodar, el peso compartido entre dos personas, el contrapeso, palancas, puntos de apoyo, etc. Una vez trabajadas y más o menos integradas estas herramientas, se pasa a la verdadera esencia del Contact-Improvisation; la Jam Session. Largas jornadas de improvisación, a menudo acompañadas de música en directo; en las que se entra y sale del espacio cuantas veces quieras y bailas con cuantas personas te plazca. Eso sí, siguiendo siempre las normas y códigos que se planteen para el buen funcionamiento del evento y goce de los asistentes.
Normalmente el Contact-Improvisation se practica como disciplina en sí misma, sin más pretensiones. También es utilizado como herramienta de búsqueda de material coreográfico a la hora de elaborar dúos.
Rompe con los códigos socioculturales en lo relativo al tocar y al mirar, invierte la jerarquización de cuerpos (mediante el contact, una persona “pequeña” puede levantar a otra persona “grande”), puede funcionar como una meditación en movimiento, se orienta hacia del cuidado del otro y uno mismo y aumenta la confianza y la empatía.